Y con él el calor, los días llenos de luz, los baños en el mar, las vacaciones, las salidas con los amigos, la actividad y la vida “callejera”… Y también las ganas de refrescarse y refrescar nuestro cuerpo. Pero atención con abusar de los helados y las bebidas frías porque luego lo pagaremos al llegar el otoño con los resfriados, las toses, las mucosidades y todas las eliminaciones que nuestro organismo considere necesarias para re-equilibrarnos y que tan poco nos gustan. Es por eso importante el saber que en nuestras manos está ese control.
Una sencilla manera de prevenir sin tener que renunciar a las suculencias veraniegas puede ser el sustituir los helados de postre por preparaciones caseras con frutas endulzadas con melazas de cereales, evitando así el uso del azúcar que nos “enfriará” a un nivel muy profundo y duradero y causará luego tantos estragos. Aprovechemos también la riqueza y variedad de frutas propias de esta estación y pongamos en nuestros postres y meriendas fruta fresca, una macedonia, una gelatina no comercial (kanten: con agar-agar y frutas) o una compota hecha en casa. Es siempre aconsejable espolvorear la fruta fresca con una pizquita de sal marina un rato antes de comerla, pues esto le sacará un poco del agua que contiene y provoca ya un tipo de cocción imperceptible para nuestra mente racional pero que nuestro cuerpo agradecerá.
Algo importante es no olvidarnos que, aunque haga calor fuera y apetezca poco o nada cocinar, es conveniente seguir alimentándonos con comidas que nos calienten por dentro. Es decir, seguir haciendo sopas, cremas y guisos, no pesados, pero sí tibios cuando no calientes. Volvamos sino los ojos a nuestras tradiciones, a las culturas ancestrales o a los habitantes del desierto…
Y una última recomendación importante para nuestra alimentación veraniega: Relajarse y Disfrutar. Disfrutar de la estación en sí y de todo lo que trae, de vacaciones o trabajando, con amigos, familia o solos, en la ciudad, la playa o la montaña… Sacudir un poco el esqueleto con un poco de baile o ejercicio agradable y Sonreír, Saludar y Agradecer al sol y a la luna la luz y la oscuridad, la vitalidad y la calma que nos aportan cada nuevo día y cada nueva noche… ¡¡QUÉ PASEIS UN BUEN VERANO!!