La manzanilla dulce (Matricaria chamomilla), también llamada camomila, es una planta herbácea de la familia de las Asteráceas, conocida por sus propiedades medicinales y su uso extendido en la medicina popular. Su valor radica en su capacidad para tratar una amplia variedad de dolencias, tanto internas como externas. Esta planta aromática tiene flores de color blanco con un centro amarillo, que son las partes utilizadas medicinalmente.
Nombres comunes:
En español: manzanilla dulce, camomila, manzanilla alemana.
En valenciano: camamilla, camamilla dolça.
En euskera: kamamila, botila-belarra.
Distribución en España:
La manzanilla dulce crece en regiones templadas, y se la encuentra en buena parte de España, especialmente en Castilla y León, Castilla-La Mancha y Andalucía. Se desarrolla principalmente en suelos bien drenados, a menudo en campos, márgenes de caminos y áreas no cultivadas, donde prospera de manera natural.
Propiedades medicinales tradicionales:
Uso interno:
Mejora de la digestión: La manzanilla se usa desde la antigüedad para aliviar molestias digestivas, como indigestión, acidez, gases y cólicos. Sus efectos calmantes la hacen ideal para tratar el síndrome del intestino irritable y los espasmos estomacales.
Antiinflamatorio natural: Consumida en infusión, tiene propiedades antiinflamatorias que ayudan a reducir la inflamación en el tracto digestivo y respiratorio. Se recomienda para personas con afecciones gástricas, como gastritis o colitis.
Calmante y ansiolítica: La manzanilla es conocida por sus efectos relajantes, y se utiliza para reducir la ansiedad y el estrés. Es un sedante suave que también ayuda a conciliar el sueño, por lo que es un remedio natural para el insomnio.
Alivio de los dolores menstruales: Tradicionalmente, la infusión de manzanilla se ha utilizado para aliviar los cólicos menstruales y regular el ciclo. Sus propiedades relajantes contribuyen a reducir las contracciones uterinas, aliviando el malestar.
Refuerzo del sistema inmunológico: Las infusiones de manzanilla se utilizan para combatir resfriados y otras infecciones leves debido a sus propiedades antisépticas y antioxidantes, que ayudan a estimular las defensas del cuerpo.
Uso externo:
Cuidado de la piel: La manzanilla es ampliamente reconocida por sus propiedades cicatrizantes y calmantes. En uso externo, es efectiva para tratar heridas, quemaduras leves, irritaciones cutáneas y eccemas. Además, alivia la piel seca o sensible.
Antiinflamatorio tópico: Aplicada en forma de compresas o baños, ayuda a reducir la inflamación en casos de dolores musculares, artritis y molestias reumáticas. También es útil en casos de piel inflamada o irritada.
Tratamiento ocular: Las infusiones de manzanilla se usan en compresas para aliviar irritaciones oculares, como conjuntivitis o fatiga ocular. Sus propiedades antiinflamatorias y calmantes hacen que sea un tratamiento suave para los ojos sensibles.
Cuidado bucal: Los enjuagues con infusión de manzanilla son útiles para tratar llagas en la boca, aftas y gingivitis, gracias a sus propiedades antisépticas. Alivia la inflamación y promueve la cicatrización de las lesiones bucales.
La manzanilla dulce es una de las plantas medicinales más apreciadas por sus beneficios tanto internos como externos. Desde su capacidad para calmar el sistema digestivo hasta sus efectos antiinflamatorios y relajantes, ha sido utilizada durante siglos para tratar diversas dolencias. Su fácil acceso en diversas regiones de España y su versatilidad la convierten en una opción natural muy utilizada para el bienestar diario.