por Henar Fuentetaja
Las azukis, pequeña y milenaria legumbre que nos cuida y revitaliza en época invernal
Tras los excesos de las fiestas retorna la rutina a nuestras vidas y con ella retomamos también nuestros cotidianos y más recatados y sencillos hábitos alimenticios. Es un buen momento para un plato delicioso y reconstituyente, nada complicado, que nuestro sobrecargado organismo nos agradecerá con gran satisfacción en este momento del año.
Las «azukis» son unas pequeñas judías rojas de forma redondeada consumidas en Oriente desde hace siglos. Desde China se introdujeron en Japón hace unos mil años y en la actualidad se cultivan en casi todo el mundo.
Al contrario que otras legumbres las judías azuki son altamente digestivas y poseen la propiedad de no provocar flatulencia o gases intestinales. Su adaptable sabor, ligeramente dulzón, las hace propicias para ser preparadas en multitud de formas saladas o dulces, cocinarse solas, con arroz, en sopas, cremas, postres… Son ricas en proteínas e hidratos de carbono complejos totalmente asimilables.
En la medicina oriental están asociadas al invierno y a la energía de los riñones y vejiga, aunque su consumo debe mantenerse a lo largo de todo el año de una forma moderada para el buen funcionamiento de estos órganos. Así pues son muy indicadas para fortalecer y tonificar los riñones, previniendo la formación de cálculos renales o biliares y contribuyendo a su disolución, aunque debido a su gran cualidad diurética no conviene excederse en su consumo. Como siempre, si queremos beneficiarnos concretamente de sus propiedades para algún tipo de afección, deberemos consultar a un profesional cualificado. Para el consumo cotidiano no deberían faltar de una a dos veces por semana.